



Una emocionante ola de cambio está barriendo el mundo de los viajes. El ecoturismo comunitario ofrece experiencias de reconexión, aventura, aprendizaje y más auténticas que los resorts. El ecoturismo comunitario es un tipo de turismo diferente, que enfatiza dejar un impacto y beneficiar directamente a las comunidades.
Una cosa que la pandemia evidenció es el largo camino que aún falta en la industria turística. Primero, la falta de redes de apoyo para las comunidades que dependen del turismo y la equidad en la distribución de beneficios. En su reciente evaluación del impacto de la pandemia, la Organización Mundial del Turismo (OMT) estimó una reducción del 58% al 78% en el turismo para 2020. Por ello, el ecoturismo comunitario debe recibir apoyo cuando sea tiempo de viajar nuevamente.

Hay ejemplos de experiencias responsables para conocer a los pueblos originarios y guardianes de la naturaleza en México. En Rutopía, apoyamos experiencias turísticas en destinos que de otro modo no verían los beneficios del turismo. Es tiempo de un viaje consciente que contribuya al desarrollo de las comunidades locales y a la conservación del medio ambiente.
La conservación de la biodiversidad en beneficio de las comunidades y habitantes locales es el postulado del ecoturismo comunitario. Desde los años 90, países de América Latina como Argentina, Costa Rica, Colombia y México comenzaron a desarrollar proyectos de ecoturismo comunitario. El ecoturismo comunitario busca crear negocios locales que provean beneficios a las comunidades. Los objetivos del ecoturismo comunitario incluyen equidad en la participación, conservación del ecosistema y mejora del bienestar. Sobre todo, la WWF Internacional propuso en 2001 ciertas condiciones y requisitos para que un proyecto turístico sea considerado bajo estándares de turismo comunitario:

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), existen 196,157 localidades en México. Muchas de estas localidades son ricas en cultura, tradiciones, gastronomía, historia y biodiversidad. Por esa razón, estos lugares son atractivos para el turismo y también por la personalidad que caracteriza a los mexicanos. Así, el ecoturismo comunitario es un modelo que permite el intercambio intercultural entre turistas y población local.
Es momento de pensar dos veces antes de planear viajes y por qué y qué viajar. La gente está cada vez más consciente de las experiencias auténticas, buscando sumergirse en su entorno para establecer conexiones más duraderas y comprender mejor los destinos que visitan. Viajar puede ser transformador no solo para los viajeros, sino también para las personas locales y los ecosistemas naturales.

El ecoturismo comunitario es una forma responsable de viajar. Prioriza a las personas sobre las ganancias y empodera a las comunidades locales. Para los viajeros, significa buscar experiencias auténticas, que los hagan descubrir nuevos lugares sin dañarlos. Por ejemplo, optar por alojamientos locales en lugar de un hotel todo incluido puede parecer insignificante, pero no para esa comunidad que administra el hospedaje. Así que si queremos seguir viajando, debemos preocuparnos por qué tipo de viajes hacemos.
Cada vez más comunidades indígenas y rurales en México ofrecen a los viajeros la oportunidad de conocer sus tradiciones, paisajes y formas de vida. Además, existen proyectos exitosos de ecoturismo comunitario en el país. Por ejemplo, el trabajo de estados como Oaxaca, Chiapas, Puebla, Baja California, Hidalgo y Jalisco. En resumen, es posible ver que el ecoturismo comunitario es principalmente relevante en el centro y sur del país—nuestra selección de proyectos que impactan positivamente a viajeros y destinos.

La Ventanilla está ubicada a 10 minutos de Mazunte en Oaxaca. Es un destino ecoturístico dedicado a la conservación de especies. Esta comunidad ha trabajado más de 20 años para proteger su recurso natural, por ejemplo, el proyecto para proteger tortugas marinas, cocodrilos y manglares.

Taselotzin se encuentra en las tierras altas del norte de Puebla y un grupo de mujeres nahuas lo administra. Este proyecto ejemplifica la participación organizada, la revalorización de costumbres y prácticas, y el orgullo por las raíces. Además, esta comunidad ofrece talleres de medicina tradicional, productos herbales, temazcal y productos de limpieza biodegradables.

El estado de Hidalgo cuenta con el Centro Comunitario Ecoturístico Río Grande. Ubicado en un bosque de niebla en Hidalgo, Acaxochitlán es la opción perfecta para una escapada de fin de semana. Aquí, los viajeros disponen de áreas para acampar o, si prefieren mayor comodidad, el lugar también ofrece estancias en cabañas con chimenea para los días más fríos. También hay tours en cuatrimotos, paseos en lancha, ciclismo de montaña, todo esto en medio de vegetación boscosa y clima frío.

En la comunidad de Muyil está Community Tours Sian Ka’an, una iniciativa que pertenece a la cooperativa familiar Muyil. Esta cooperativa es de una sola familia. Su principal atractivo son los recorridos por los canales de la reserva. También ofrecen observación de aves, recorridos de flora y fauna en zonas arqueológicas, costeras y otras comunidades. Además, cuentan con botes, kayaks, un museo comunitario, una mariposario y un sendero interpretativo.
Una cosa que los viajeros pueden hacer es buscar destinos que cumplan con estándares de sustentabilidad. Además, que generen un impacto y pongan los ingresos en manos de los actores locales.
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