



Sumergirte en aguas termales, que brotan de la tierra, es una experiencia única que está íntimamente ligada a la naturaleza, en particular con la posibilidad de encontrar un poco de salud mental y física entre montañas y ríos. Según especialistas, las aguas termales ofrecen la posibilidad de equilibrar nuestro cuerpo a través de minerales y la regulación de nuestra temperatura corporal. Cuando la temperatura del cuerpo aumenta, la circulación sanguínea también incrementa, produciendo la eliminación de toxinas, promoviendo la oxigenación, lo que influye positivamente en la digestión, trata padecimientos respiratorios, enfermedades de la piel, entre otros, y nos brinda un extra de relajación y descanso.

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Más allá de las múltiples ventajas físicas que las aguas termales nos brindan, dejarse llevar por el cálido abrazo y nadar en ellas, también ofrece la posibilidad de rendirse a la paz, abandonando la ansiedad diaria. Ese tipo de calma que viene de admirar un paisaje y respirar el aire más puro que existe. En ese sentido, viajar a las aguas termales es una excelente terapia natural capaz de recargar nuestras energías y calmar tensiones. Logra un cierto equilibrio emocional que nos permitirá recuperar el descanso, la calidad del sueño y por qué no, la forma en que enfrentamos la vida. Las aguas termales tienen un efecto sedante y relajante, que entre otras cosas nos permitirá estar en el presente y meditar sobre aquellas cosas en nuestra vida que debemos cambiar para sentirnos en calma con quienes somos y lo que queremos.

Aunque este viaje soñado parece sacado de una fantasía, es más posible de lo que parece. En Rutopía tenemos los lugares perfectos para ser parte de esta terapia que está revolucionando el bienestar en el mundo. Para empezar, proponemos un recorrido por Chiapas. Hay varios lugares a donde puedes llegar de la mano de las personas correctas. Entre los lugares que amamos está el Centro de Ecoturismo Selvaje o Canopy. En ambos la experiencia de las aguas termales se acompaña del esplendor de la Selva Lacandona. Tenemos otras posibilidades de inmersión en Hidalgo, donde las Cuevitas Sagradas y el Centro Ecoturístico Luna y Sol, y en Oaxaca, donde puedes visitar Manialtepec, un paraíso cerca de Puerto Escondido.

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