



La importancia de las luciérnagas va más allá de su espectáculo nocturno. Juegan un papel significativo en el ecosistema y en nuestras vidas. Como espectadores, debemos reconocer su importancia y aprender a verlas sin alterar su hábitat.
Primero, necesitamos entender qué son las luciérnagas y cómo funcionan. Las luciérnagas son un tipo de escarabajo cuyas larvas producen un brillo intenso, ofreciendo excelentes espectáculos en la oscuridad. Podemos encontrarlas por la noche, en santuarios, en parques públicos e incluso (con suerte) en el jardín de nuestra casa. Sin embargo, la única forma de apreciarlas es alejándose de la contaminación lumínica urbana.
La principal forma en que las luciérnagas se comunican es a través de sus señales de luz. Con ellas, pueden encontrar pareja y aparearse. También las usan para advertir al resto de la comunidad y mantener alejados a sus depredadores. Podemos ver que la luz que emiten no solo es hermosa, sino que también tiene un propósito esencial.

“Todos conocen el significado detrás del nombre “luciérnaga,” pero pocos saben cómo este insecto crea su brillo distintivo. Bajo su abdomen, las luciérnagas tienen órganos luminosos únicos. Cuando toman oxígeno, este interactúa con la luciferina dentro de células específicas para producir luz sin mucho calor.
La mayoría del tiempo, la luz de la luciérnaga es esporádica y brilla de manera diferente según la especie. Las luciérnagas usan sus diversas formas de brillar como señales ópticas para localizar posibles parejas.” (National Geographic)

Tlaxcala es el lugar más conocido para verlas en México, pero también se pueden encontrar en el Estado de México, Puebla y Michoacán.
En esta región del país, podemos encontrar las luciérnagas Photinus Palaciosi. Este tipo particular de luciérnaga puede sincronizarse unos con otros, creando un espectáculo nocturno que atrae la atención de numerosos viajeros. Este grupo se distingue porque realiza su reproducción durante mayo a julio (temporada de alta humedad). Según Tania López, candidata a doctorado especializada en luciérnagas, estos insectos “aparecen en esos meses porque terminan sus ciclos de vida como larvas y pupas y vuelan como adultos. La abundancia de recursos y el alto nivel de humedad durante esta temporada permiten que los huevos se mantengan calientes.
Los principales destinos de ecoturismo para luciérnagas son Canto del Bosque, Xoletongo, Mi Pueblo, Las 4E y Quinta Valentina, todos ubicados en el municipio de Nanacamilpa. La temporada de tours va del 17 de junio al 14 de agosto. Las caminatas comienzan al anochecer y continúan hacia áreas donde la luz y el sonido artificial apenas son perceptibles.
Debido al clima frío y húmedo del bosque, Amecameca se ha convertido en un lugar ideal para las luciérnagas. Se pueden ver hasta 240,000 luciérnagas por acre a lo largo de la Ruta de las Luciérnagas, que incluye Rancho del Valle, Bosque Esmeralda y Ecoturismo Chalma. Los habitantes de la zona también están comprometidos con la protección del ecosistema y de los insectos.
Los turistas pueden verlas en Puebla en el Santuario de Luciérnagas Ejido Santa Rita. Aquí, ofrecen un recorrido por 13 senderos donde podemos observar la fantástica exhibición de la reproducción de luciérnagas. Además, el mantenimiento de los ecosistemas nacionales también se apoya mediante dinámicas sociales.
Aquí tres otros centros ecoturísticos, Los Ailes, Juanikua y San Vicente, se encargan de organizar viajes para ver luciérnagas en Tlalpujahua.

Estos insectos luminosos son encantadores por mucho más que solo poder iluminarse. “Como depredadores y presas, las luciérnagas son esenciales para los ecosistemas. Los caracoles y lombrices de tierra son insectos beneficiosos para cultivos y jardines ya que son depredadores de babosas”. — Sarina Jepsen, directora de programas para invertebrados en peligro de la Sociedad Xerces. En hábitats donde la lluvia, la humedad y las condiciones de luz son ideales para el apareamiento y la supervivencia, su existencia es señal de un ecosistema sano y equilibrado. En otras palabras, nos permiten conocer qué tan bien se están conservando manglares, arrozales, pantanos, pastizales, bosques, zonas agrícolas e incluso parques urbanos.
Finalmente, la contaminación del aire no es la única que daña el medio ambiente. Animales como las luciérnagas y su sistema reproductivo también se ven afectados por la contaminación lumínica.
Visitar los santuarios de estos insectos no sería mala idea. Sin embargo, debemos ser muy cuidadosos y conscientes de cómo debemos comportarnos. Por ejemplo, por favor mantente en el camino y evita iluminarlo de cualquier manera, no atraparlas, no hablar en voz alta, etc.
Desafortunadamente, el fenómeno de las luciérnagas ha ido disminuyendo debido a la actividad humana. Por eso es fundamental ser conscientes de su importancia y cómo podemos preservarlas.

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